Las recientes guerras agrícolas del aguacate y la papa pueden haber llegado a su fin, pero otra batalla se está gestando en la industria agrícola, y esta vez es la del plátano la que está al borde de la ebullición. A diferencia de las anteriores, esta guerra no está siendo provocada por la falta de condiciones adecuadas para el cultivo, sino más bien por una mejora inesperada en las mismas, cortesía del cambio climático. Sin embargo, esta mejora ha creado un problema adicional: una caída dramática en los precios y pérdidas crecientes para los productores.
Canarias está viendo una situación que sugiere un aumento en los precios de los plátanos, similar a las recientes subidas que experimentaron los aguacates y las papas. Canarias, una de las principales regiones productoras de plátanos en España, envía cada semana alrededor de 500 contenedores de esta fruta al resto del país. De ese total, aproximadamente el 25% proviene de la Comarca, con Guía de Isora y Arona como líderes indiscutibles en la producción.
Los datos revelan que Guía de Isora contribuye con aproximadamente el 10% de la producción total, mientras que Arona aporta otro 7%. Esto se traduce en una cantidad asombrosa de entre 25 y 30 millones de kilos de plátanos al año, cultivados en aproximadamente mil hectáreas de tierra, principalmente en la zona de La Estrella y sus alrededores, hasta la autopista del Sur. La cuestión clave aquí es que hace algunos años, el ciclo de cultivo de plátanos en Canarias solía durar un año completo, es decir, doce meses. Sin embargo, debido al aumento de las temperaturas y las condiciones climáticas cambiantes, este ciclo se ha reducido a 10 u 12 meses, lo que significa más producción, una mayor oferta en el mercado y, como resultado, una caída en picado de los precios.
Históricamente, la Unión Europea (UE) ha contribuido con alrededor de 140 millones de euros al año para mantener los precios del plátano y garantizar que la producción sea rentable para los agricultores. Sin embargo, el sector agrícola considera que esta cifra ha quedado obsoleta y es insuficiente para abordar los desafíos actuales. La industria del plátano se enfrenta a una serie de desafíos adicionales además del cambio climático y la sobreproducción. Entre ellos se incluyen la competencia de otros países productores de plátanos, la creciente presión sobre los estándares de sostenibilidad y la demanda de una mayor transparencia en la cadena de suministro.
El cambio climático, como se ha señalado, ha sido un factor importante en la disminución de los tiempos de cultivo en Canarias. El aumento de las temperaturas ha acelerado el proceso de maduración de los plátanos, lo que a su vez ha llevado a una mayor producción en un período más corto. Esto ha inundado el mercado con una abundancia de plátanos, lo que ha resultado en una fuerte presión a la baja sobre los precios.
A pesar de esta sobreproducción, los productores de plátanos en Canarias siguen luchando por mantener la rentabilidad. La UE ha desempeñado un papel importante al proporcionar fondos para estabilizar los precios y garantizar que los agricultores no se vean afectados negativamente por la caída de los mismos. Sin embargo, estos fondos ya no son suficientes para hacer frente a la situación actual.
La competencia de otros países productores de plátanos, como Ecuador y Colombia, ha contribuido a la presión sobre los precios en el mercado europeo. Estos países pueden producir plátanos a un costo menor que en Canarias, lo que los hace más competitivos en términos de precio. Esto ha llevado a una disminución en la cuota de mercado de los plátanos canarios en Europa y ha aumentado la competencia en la industria.
Además, los consumidores europeos están mostrando un interés creciente en la sostenibilidad y la transparencia en la cadena de suministro de alimentos. Esto significa que los productores de plátanos en Canarias deben cumplir con estándares cada vez más estrictos en términos de prácticas agrícolas sostenibles y trazabilidad de los productos. Cumplir con estos estándares puede aumentar los costos de producción, lo que ejerce más presión sobre la rentabilidad de los agricultores.
Para hacer frente a estos desafíos, los productores de plátanos en Canarias están buscando formas de diversificar su producción y encontrar nuevos mercados para sus productos. Además, están invirtiendo en tecnología y prácticas agrícolas más sostenibles para mejorar la eficiencia y reducir los costos.
Nunca cambiar un plátano canario por una banana tropical, no es lo mismo y es cosa de maduración, calidad y sabor!